i would for you

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cover de la canción de Jane's Addiction

tercero

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cuando te vi
sólo eras ternura y salto,
no quise ir
por temor a quererte tanto.

¿cómo dormir
con tu llanto desconsola'o?
¿cómo salir
de tus ojos desencanta'os?
¿cómo hacerte sentir
todo lo que llevo guarda'o?

por la mañana
te echo de menos
y te quiero aquí.

debo decir
que'sto es más de lo que creía
quieres seguir
mis pasos pa'bajo y pa'rriba
te duermes junto a mí
con tu pelo de noche fría.

después de almuerzo
te echo de menos
y te quiero aquí.

me fui de aquí
con los dientes bien apreta'os
estar sin ti
no sabes cuánto me ha costa'o
y qué va a ser de mí
cuando ya no estés a mi la'o

y por las noches
te echo de menos
y te quiero aquí.

JM

me tinca, ¿ah?

Hay gente que me ha ehtrañá'o
sin decir niuna palabra,
se recuerdan de mi barba
y rostro desencajá'o.
Mi tiempo bien ocupá'o
no ha pasáo inadvertí'o
pa' quien no se ha divertí'o
esperando una señal
pueh que nunca va'llegar,
'tá'el asunto definí'o.

JM

gracias (pero no, gracias)

Tuve que molerlo a palos
por haberme llamado artista:
el único arte que hago
es pensar como solista.

JM

qué'h raro él

No podían entender que quisiera quedarse.
En ese lugar, a tiro de piedra de la oficina, rebosante de aceites de todas épocas. Aunque –seamos justos-, pedir comprensión hubiera sido pedir demasiado.
Durante las pausas de tabaco con cafeína él permanecía tras su puerta. “El antisocial ese, no para de trabajar”, leía el humo de la rubia de rojo. Y efectivamente hubiese sido muy productivo, de ser comerciable la nostalgia.
El calvo de bigote siempre se acordaba –después de algunos vasos de memoria- del domingo por la tarde en que llegó a la oficina con cuestionable compañía; al ingresar al vestíbulo se dio cuenta de que la luz de la oficina del fondo estaba encendida. Nunca antes una sorpresa había sido tan burla. “No puede ser, no puede ser…”, comentaba el niño de bigote y abultada panza, mientras en la entrada un cigarrillo se encendía entre unos labios que esperaban, impacientes. Abrió la puerta, y ahí estaba. El antisocial, sentado frente a un escritorio, con el computador encendido. Una mirada no es un saludo. Cerrar la puerta no es una despedida.
Pero ahora sí se habían despedido de él, todos. Volvían al edificio, a hacer lo que fuera que hicieran. Él esperó que se alejaran lo suficiente, elevó la mirada y volvió a contemplar el espectáculo que le llenaba los ojos. Ahí estaba. El sol, apoyado en la ventana de su oficina.

JM

korte de pelo

Anoche te vi
o, mejor dicho, te adiviné
en la penumbra.
Te cortaste el pelo,
supuse.
Estuviste en silencio
y me escuchaste hablar,
murmurar.
Y algo te está diciendo
"esto es para mí,
me está escribiendo
a mí".
Casi cruzamos miradas,
pero fuiste cobarde.
Vi tu sonrisa
de satisfacción
y te perdiste.
Pensé en ir a buscarte
a encontrarte.
Pero me contuve
y casi me arrepiento.

Sería conveniente
que no te vuelva a ver
conchetumadre.

JM

antojos

Primero me diste la mano,
luego me diste la espalda.

y la lengua, ¿cuándo?

JM